miércoles, 6 de julio de 2011

Huracanes: Huracanes

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Terremotos: Terremotos

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EnergiaEolica: La energía eólica

EnergiaEolica: La energía eólica

EstructuraPoblacion: La estructura demográfica de la población

EstructuraPoblacion: La estructura demográfica de la población

TratadoAntartico: El Tratado Antártico

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ClimasArgentina: Los climas en la Argentina

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AltoValle RN: El Alto valle del río Negro

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AreasNaturalesArgentina: Las áreas naturales protegidas de la Argentina

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PlacasTectonicas: Las placas tectónicas

PlacasTectonicas: Las placas tectónicas

miércoles, 15 de junio de 2011

"ManifesTonn"



El Manifiesto del Partido Comunista (Manifest der Kommunistischen Partei, título en alemán) escrito por Karl Marx y Friedrich Engels entre 1847 y 1848, publicado por primera vez en Londres el 21 de febrero de 1848. Es una de las obras políticas más influyentes de la historia.
Para los que no han leído esta magnifica obra, es recomendable que antes de hacerlo vean este video, cuyo título en inglés es "Manifestoon"que no es más que un collage de dibujos animados clásicos que ayudan a ilustrar de manera muy entretenida la narración original del Manifiesto, haciendo de este un material de fácil aprendizaje que nos ayudará sin duda a Pensar Fuera de la Caja. Disfrútenlo...


¿Que son los bienes comunes?


martes, 14 de junio de 2011

ASI VEN EL MUNDO LOS ESTADOUNIDENSES !!!!

Pues bien, esto es normal creérselo debido a toda la manipulación mediática que nos ha invadido desde el Norte durante tantos años a través de la música, el cine, la televisión, etc, etc, etc...

Es importante resaltar que no se niega que Estados Unidos es un gran país, de allí han salido muchas cosas buenas para la humanidad, es cierto. El problema es su gobierno que se ha propuesto adueñarse del mundo a como de lugar, ( "Los pueblos latinoamericanos no odian a tu pueblo, odian a los del Pentágono que hacen la guerra por dinero"). Muchas veces ni siquiera el pueblo estadounidense sabe que lo están cegando con respecto a lo que sucede en el mundo. Estados Unidos posee un pueblo que ha sido mediatizado, engañado por su gobierno y por las grandes compañías transnacionales para poder dominarlo y convencerlo que es el resto del mundo quienes los odian y los envidian por su superdesarrollo.

En consecuencia, queremos mostrarles un video hecho por estadounidenses hace un par de años que nos muestra en qué nivel realmente se encuentra la cultura general de los ciudadanos estadounidenses, cómo y qué saben ellos acerca del mundo que los rodea. Es impresionante que en el país más rico del mundo, en un país primermundista la opinión pública esté en un nivel deplorable, donde sus ciudadanos muestran que no conocen nada, absolutamente nada.

viernes, 3 de junio de 2011

10 estrategias de manipulación social a través de los medios de comunicacion ( por Noam Chomsky)



Publicado: marzo 24, 2011 | Autor: mediospanycirco | Archivado en: Manipulación mediática | Etiquetas: 10 estrategias de manipulación social a través de los medios ( por Noam Chomsky)
¿Existirá alguna semejanza con lo que sucede en nuestro país? juzgue usted mismo.


1. La estrategia de la distracción.

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción, que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. – La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. – ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. – Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales ( cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas )”.

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones.

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar.
Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3. La estrategia de la gradualidad.

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad,desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, etc.Tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

4. La estrategia de diferir.

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad.

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso,argumentos,personajes y entonación particularmente infantiles,muchas veces próximos a la debilidad,como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad ( ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”).

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos.

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas”).

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto.

9. Reforzar la autoculpabilidad.

Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. ….Y, sin acción, no hay revolución!

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.





Fuente: http://gramscimania.blogspot.com/2010/09/noam-chomsky-y-las-10-estrategias-de.html

jueves, 2 de junio de 2011

"El orden criminal del mundo"


"El orden criminal del mundo"


Playa Giron . Cronica de un fracaso.


Para saber que es el capitalismo (Por Atilio Boron)


El capitalismo tiene legiones de apologistas. Muchos lo hacen de buena fe, producto de su ignorancia y por el hecho de que, como decía Marx, el sistema es opaco y su naturaleza explotadora y predatoria no es evidente ante los ojos de mujeres y hombres. Otros lo defienden porque son sus grandes beneficiarios y amasan enormes fortunas gracias a sus injusticias e inequidades. Hay además otros ("gurúes" financieros, "opinólogos", "periodistas especializados", académicos "bienpensantes" y los diversos exponentes del "pensamiento único") que conocen perfectamente bien los costos sociales que en términos de degradación humana y medioambiental impone el sistema. Pero están muy bien pagados para engañar a la gente y prosiguen incansablemente con su labor. Ellos saben muy bien, aprendieron muy bien, que la "batalla de ideas" a la cual nos ha convocado Fidel es absolutamente estratégica para la preservación del sistema, y no cejan en su empeño.
Para contrarrestar la proliferación de versiones idílicas acerca del capitalismo y de su capacidad para promover el bienestar general examinemos algunos datos obtenidos de documentos oficiales del sistema de Naciones Unidas. Esto es sumamente didáctico cuando se escucha, máxime en el contexto de la crisis actual, que la solución a los problemas del capitalismo se logra con más capitalismo; o que el G-20, el FMI, la Organización Mundial del Comercio y el Banco Mundial, arrepentidos de sus errores pasados, van a poder resolver los problemas que agobian a la humanidad. Todas estas instituciones son incorregibles e irreformables, y cualquier esperanza de cambio no es nada más que una ilusión. Siguen proponiendo lo mismo, sólo que con un discurso diferente y una estrategia de "relaciones públicas" diseñada para ocultar sus verdaderas intenciones. Quien tenga dudas mire lo que están proponiendo para "solucionar" la crisis en Grecia: ¡las mismas recetas que aplicaron y siguen aplicando en América Latina y África desde los años ochenta!
A continuación, algunos datos (con sus respectivas fuentes) recientemente sistematizados por CROP, el Programa Internacional de Estudios Comparativos sobre la Pobreza radicado en la Universidad de Bergen, Noruega. CROP está haciendo un gran esfuerzo para, desde una perspectiva crítica, combatir el discurso oficial sobre la pobreza elaborado desde hace más de treinta años por el Banco Mundial y reproducido incansablemente por los grandes medios de comunicación, autoridades gubernamentales, académicos y "expertos" varios.

Población mundial: 6800 millones, de los cuales:
    1020 millones son desnutridos crónicos (FAO, 2009)
    2000 millones no tienen acceso a medicamentos (www.fic.nih.gov)
    884 millones no tienen acceso a agua potable (OMS/UNICEF 2008)
    924 millones “sin techo” o en viviendas precarias (UN Habitat 2003)
    1600 millones no tienen electricidad (UN Habitat, “Urban Energy”)
    2500 millones sin sistemas de dreanajes o cloacas (OMS/UNICEF 2008)
    774 millones de adultos son analfabetos (www.uis.unesco.org)
    18 millones de muertes por año debido a la pobreza, la mayoría de niños menores de 5 años. (OMS)
    218 millones de niños, entre 5 y 17 años, trabajan a menudo en condiciones de esclavitud y en tareas peligrosas o humillantes como soldados, prostitutas, sirvientes, en la agricultura, la construcción o en la industria textil (OIT: La eliminación del trabajo infantil: un objetivo a nuestro alcance, 2006)
    Entre 1988 y 2002, el 25 % más pobre de la población mundial redujo su participación en el ingreso mundial desde el 1.16 por ciento al 0.92 porciento, mientras que el opulento 10 % más rico acrecentó sus fortunas pasando de disponer del 64,7 al 71.1 % de la riqueza mundial . El enriquecimiento de unos pocos tiene como su reverso el empobrecimiento de muchos.
    Ese solo 6.4 % de aumento de la riqueza de los más ricos sería suficiente para duplicar los ingresos del 70 % de la población mundial, salvando innumerables vidas y reduciendo las penurias y sufrimientos de los más pobres. Entiéndase bien: tal cosa se lograría si tan sólo se pudiera redistribuir el enriquecimiento adicional producido entre 1988 y 2002 del 10 % más rico de la población mundial, dejando intactas sus exorbitantes fortunas. Pero ni siquiera algo tan elemental como esto es aceptable para las clases dominantes del capitalismo mundial.

(Conclusión: si no se combate a la pobreza (¡ni se hable de erradicarla bajo el capitalismo!) es porque el sistema obedece a una lógica implacable centrada en la obtención del lucro, lo que concentra la riqueza y aumenta incesantemente la pobreza y la desigualdad económico-social.)

Después de cinco siglos de existencia esto es lo que el capitalismo tiene para ofrecer. ¿Qué esperamos para cambiar al sistema? Si la humanidad tiene futuro, será claramente socialista. Con el capitalismo, en cambio, no habrá futuro para nadie. Ni para los ricos ni para los pobres. La sentencia de Friedrich Engels, y también de Rosa Luxemburgo: "socialismo o barbarie", es hoy más actual y vigente que nunca. Ninguna sociedad sobrevive cuando su impulso vital reside en la búsqueda incesante del lucro, y su motor es la ganancia. Más temprano que tarde provoca la desintegración de la vida social, la destrucción del medio ambiente, la decadencia política y una crisis moral. Todavía estamos a tiempo, pero ya no queda demasiado.

Mapa interactivo de la crisis política en el mundo árabe.

http://www.elpais.com/especial/revueltas-en-el-mundo-arabe/

EE.UU en Irak : Enviar a la muerte a medio millón de niños "valió la pena", dijo M. Albright


De este crimen perpetrado por el gobierno genocida de Estados Unidos en Irak tampoco se habla: “Entre el embargo y la invasión —de 1990 a 2011— las estimaciones más altas son: tres millones de muertos; los no natos, los recién nacidos y los menores de cinco años siguen pagando todavía el precio más alto.” Una espeluznante nota de Felicity Arbuthnot Uruknet sobre los horrores impuestos a ese pueblo por Washington, que antes había instalado en el poder a Sadam Husseim para utilizarlo como ariete contra la revolución iraní. Nota que también sirve para recordar que Demócratas o Republicanos son apenas las dos alas de un solo partido: el partido del capital. Y que si para preservar sus intereses hay que mandar a la muerte a medio millón de niños iraquíes el “precio vale la pena.”
¡Feliz aniversario, Madam Albright!
Dedicado a Madeleine Albright en nombre de los niños y niñas de Iraq cuyas vidas fueron “un precio que valía la pena”
“[...] La guerra en nuestro tiempo es siempre indiscriminada, una guerra contra inocentes, una guerra contra los niños”.
(Howard Zinn (1922-2010)
Programa "60 Minutes", 12 de mayo de 1996.
http://www.youtube.com/watch?v=RM0uvgHKZe8&feature=player_embedded
Quien me alertó fue Kathy Kelly [1] —incansable, amorosa, comprometida con el pueblo de Iraq, en constante riesgo de sufrir la ira draconiana, las penas de cárcel y las multas imposibles del gobierno estadounidense debido a su compasión. Sonó el teléfono; era el 12 de mayo de 1996 y Kathy llamaba, aturdida, desde Chicago. Madeleine Albright, entonces embajadora de Estados Unidos ante la ONU, acababa de aparecer en “Sixty Minutes” [el programa televisivo 60 minutos].
Lesley Stahl, dijo Kathy, había dicho sobre el embargo impuesto a Iraq por Estados Unidos: “Hemos oído que medio millón de niños y niñas han muerto. Vaya, son más niños que los que murieron en Hiroshima y... bueno, ¿vale la pena este precio?”. Albright había respondido: “Creo que es una elección muy difícil, pero el precio... creemos que el precio vale la pena”. ...(clic abajo para continuar)
Ciertas cosas permanecen grabadas de forma indeleble en la memoria. Recuerdo una sensación de incredulidad; de algún modo, hasta la meticulosa Kathy debía de haberlo malinterpretado. Le pregunté si había alguna manera de que pudiera enviarme una transcripción por fax —esos tiempos eran, para la mayoría, anteriores a los ordenadores personales. Mágicamente, en una hora lo había conseguido. Leyéndolo, inundaron mi mente las imágenes de los niños y niñas que había visto sin poder hacer nada, con sus vidas malogradas por falta de medicamentos embargados, de tratamientos embargados y, con frecuencia, de capacidades para realizar cirugías vitales, embargadas.
Pensé en el aspecto repentino de la esperanza, en los ojos de un padre y una madre sentados junto a la cama de un niño mientras una entraba en la sala. Una era de fuera de Iraq: quizá podría hacer algún milagro; entonces la mirada moría. Como murieron tantas y tantas almas pequeñas y frágiles a las que se arrebató sus vidas. Ahora sabía que eran un “precio” que “valía la pena”. Y con ello, la constatación de que el mal total existe realmente.

Iraq importaba el 70% de prácticamente todo. El Día de Hiroshima de 1990, al aplicarse el embargo, acabó la vida racional. De los libros escolares, a los juguetes para niños, de los lápices de labios a los artículos sanitarios, del lavavajillas al champú, la normalidad murió. Pero fue el sector de la salud, antes posiblemente el mejor de Oriente Próximo, gratuito para todos, lo que fue devastado de manera excepcional. Tras el bombardeo de 1991, quedó —literalmente— en ruinas.
La saña con que el Comité de Sanciones de Naciones Unidas actuó fue una burla a los términos precisos de su Carta fundacional, en general, y a la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de la Infancia, en particular. Desde incubadoras a jeringas pediátricas, desde medicamentos contra el cáncer a máquinas y equipamiento de diálisis, desde analgésicos a escalpelos, desde antibióticos a inhaladores para el asma: se prohibió todo.

Seis meses antes de la declaración de Albright, en diciembre de 1995, Sara Zaidi y María Smith Fawzi, del Centro de Derechos Económicos y Sociales y de la Escuela de Salud Pública de Harvard, escribiendo en la revista The Lancet señalaron que en agosto de 1991, justo un año desde que se aplicó el embargo: “la mortalidad de referencia para la población menor de cinco años aumentó desde un 43,2 a 128,5 por 1.000, lo que refleja un aumento de tres veces en la mortalidad infantil”. En su nueva encuesta (de 1995) bajo los auspicios de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas [FAO] afirmaban: “La tasa de mortalidad de cinco años ha aumentado en cinco veces”. El retraso del crecimiento y la emaciación [2] se habían convertido en prevalentes en un país donde la comida era antes barata y abundante.
Fui a Iraq por primera vez tras los bombardeos de 1991, menos de un año después, y en un par de horas fui testigo de la realidad que yace tras las estadísticas. En lo que había sido el buque insignia de los hospitales de enseñanza, vi a una joven enfermera tratando desesperadamente de limpiar la garganta de un bebé recién nacido y perfecto ante sus jóvenes padres de pie con sus rostros congelados por el terror. Una amiga, una médica de Escocia que estaba conmigo, miró a su alrededor y dijo: “En una situación como esta, casi en cualquier hospital, sabes dónde se encuentran los aparatos imprescindibles; aquí no hay nada”. Vimos con impotencia como el pobrecito se volvía blanco, gris, casi azul, para acabar perdiendo su combate por la vida mientras el sol entraba a raudales a través de las rotas ventanas dañadas por las bombas. Las fábricas de vidrio habían sido bombardeadas y el propio cristal estaba también prohibido. El bebé había muerto por [la falta de] un mero aspirador de plástico que valía poco más de unos céntimos.
En 1993, las madres demasiado desnutridas para amamantar y que no podían pagar la leche en polvo alimentaban a sus bebés con agua y azúcar o té negro azucarado. Prácticamente todos ellos se hincharon por desnutrición crónica y murieron. Los médicos crearon un nuevo diagnóstico. Los llamaban “los bebés de azúcar”.
En cuanto a los niños y las niñas que sobrevivieron, los expertos en menores en zonas de guerra advirtieron que se trataba posiblemente de la población infantil más traumatizada de la tierra. En medio de tal austeridad, y con los permanentes (e ilegales) bombardeos estadounidenses y británicos, no tenían forma de recuperarse de sus experiencias.
Un ejemplo inolvidable fue el de un niño de unos cinco años en una pequeña tienda de ultramarinos, una mañana temprano. Entró con ese aire orgulloso que tienen los niños en todas partes cuando se les encarga una misión importante. Compró un huevo. En aquel momento, una bandeja de huevos costaba el salario mensual de un profesor universitario. Que uno fuera a una comida y encontrase piezas diminutas de huevo en el plato significaba que se le honraba de verdad. El niño lo llevó con cuidado a la puerta y se le cayó. Se arrodilló y trató de recogerlo en sus manos mientras las lágrimas corrían por su rostro. Metí la mano en mi bolsillo, el encargado de la tienda le dio un golpecito en el hombro y le dio otro.
Otros dos niños cuyo “precio valía la pena” padecían leucemia mieloide aguda, sangraban internamente y estaban cubiertos de hematomas por la filtración de sus capilares: una dolencia intratable. No hubo alivio para el dolor. El menor, de tres años, yacía rígido, los ojos llenos de lágrimas contenidas. Se había enseñado a sí mismo a no llorar porque llorar atormentaba su pequeño cuerpo agonizante aún más. Me di la vuelta, incapaz de hacerle una foto o de tomar notas; sólo quería consolarle pero tocarle le hubiera supuesto aún más agonía.
Cerca de la puerta me incliné para acariciar la cabeza del hijo mayor, de sólo cinco años. En un gesto que debió de costarle lo inimaginable, respondió al afecto como hacen los niños de todo el mundo y me apretó la mano con fuerza. En aquel momento escribí: “Caminé por la sala, me apoyé contra la pared y supe que realmente era posible morir de vergüenza”.
La Sra. Albright se habría sentido, sin duda, complacida por los avances de su proyecto en Basora. En una visita al Hospital Pediátrico y de Maternidad, mi querida amiga, la doctora Yenan Hussein, salió corriendo a darme un abrazo. Tras un momento de silencio tuve casi una premonición. Ella dijo: “Felicity, ¿se acuerda de los niños sobre los que escribió usted en junio?” (Era noviembre) “Lo siento, todos han muerto”. Eran diecisiete bebés de la unidad de bebés prematuros, sin siquiera oxígeno. (Prohibido).
Fue en esa visita cuando estuve a punto de perder el norte. Entré en una sala en la que un grupo de angustiadas mujeres, tías, abuelas, estaban junto a la cuna de otro recién nacido en perfecto estado que acababa de morir. La madre había salido de la unidad rota por el dolor. Pregunté si podía coger al pequeño todavía caliente. “Por favor, por supuesto”. Lo puse encima de mi hombro, le acaricié la cabeza, la espalda, convencida de que podría traerle de nuevo a la vida; era cálido, fluido, total. No sé por cuánto tiempo estuve acariciando su pequeña forma dispuesta a traerle de nuevo. Finalmente, derrotada, lo dejé tumbado, lo envolví y lloramos juntas.
Más abajo en el pasillo había otro recién nacido. Estaba en una incubadora envuelto en mantas porque la incubadora no funcionaba (las piezas de recambio: prohibidas) en el espejo del mundo en que Iraq se había convertido. Prematuro y amarillo por la ictericia como estaba, necesitaba una transfusión. Pensé que yo podría tener el tipo de sangre que necesitaba y la ofrecí si podían comprobarlo para asegurarse, pues una sangre distinta es tan letal como la propia falta de sangre. No había instalaciones para comprobarlo. Prohibidas. Mi hijo prematuro se salvó por una transfusión. Miré a los ojos de la madre y su agonía resonó. Nosotras, los médicos, el bebé, éramos todos tan inútiles como los demás.
Cuando el cáncer se disparó (los niños a mediados de los años 90 nacían a menudo con cáncer, un fenómeno insólito) los tratamientos contra el cáncer fueron prohibidos. El cáncer se ha relacionado con las armas utilizadas, especialmente de uranio empobrecido.
En un Informe “por propia iniciativa”, la Autoridad de la Energía Atómica del Reino Unido estimaba que si se mantenían cincuenta toneladas de polvo residual tras las hostilidades de 1991, habría más de medio millón de muertes por cáncer en el año 2000. De hecho, las estimaciones más altas de esos restos son de 700 toneladas. En 1998, un estudio de la Universidad John Hopkins estimaba que si el cáncer continuaba en la curva de ese momento, en el año 2000 lo desarrollaría el 44% de la población.

La guerra relámpago de 2003 puede haber dejado otras 2.000 ó 3.000 toneladas de uranio empobrecido más. Durante muchos años, muchas parejas han temido tener hijos debido a la epidemia de los defectos congénitos, los mismos que se producirían si se dejaran caer residuos nucleares sobre la población.
He escrito mucho sobre Yassim, el niño poeta que al oír que era escritora resplandeció de alegría y puso un cuaderno bajo su almohada en la sala de cáncer en la que yacía. ¿Podría leerme su poema? Claro...:
“El nombre es amor
La clase no tiene sentido
La escuela está sufriendo

El gobierno es la tristeza

La ciudad suspira

La calle es miseria

El número de la casa es mil suspiros”

“Yassim”, dije, encontrando finalmente mi voz, si puedes escribir esto a los 13 años, piensa en lo que vas a escribir cuando tengas 20. Le pregunté si podía usar su poema citándole. Estaba emocionado. No llegó a verlo impreso en tantos sitios y en tantas lenguas. Murió antes de que una agencia de ayuda, eludiendo el embargo, pudiera obtener los medicamentos que necesitaba para él.
Justo antes de la invasión, le pregunté al padre de otro niño enfermo terminal, Muhammad, de 10 años, lo que le gustaría pedir a George W. Bush y Tony Blair. Respondió: “Por favor, pregúnteles si es que quieren sacrificar a todos los niños”.
“Liberar” Iraq se ha traducido en unas estimaciones de cinco millones de huérfanos, un millón de viudas, casi cinco millones de desplazados, tanto interna como externamente y una infraestructura, una distorsión social, y una tragedia médica que hacen que los años del embargo parezcan leves. Entre el embargo y la invasión —de 1990 a 2011— las estimaciones más altas son: tres millones de muertos; los no natos, los recién nacidos y los menores de cinco años siguen pagando todavía el precio más alto. Un “precio que vale la pena”.
¡Feliz aniversario, Madam Albright!
__________

N. de la Traductora:
1. Kathy Kelly, estadounidense, fue coordinadora de la organización Voices in the Darkness en Iraq, con algunos de cuyos miembros permaneció en Bagdad durante las semanas previas a la invasión de 2003 y hasta varios años después de la guerra y la ocupación dando apoyo a los sectores de población más vulnerables.
2. La emaciación,  o peso inferior al que corresponde a la estatura, es un importante indicador de la mortalidad entre los menores de cinco años.
Fuente: http://www.uruknet.de/?s1=1&p=77661&s2=13

Areas naturales protegidas.


Mapa climatico de Koppen interactivo.

http://www.terra.es/personal/jesusconde/Koppen/Portada/cuerpo.htm

miércoles, 1 de junio de 2011

Jose Pablo Feinmann : ¿Que hacemos con lo que hicieron de nosotros.?

Jose Pablo Feinmann: " La TV trabaja para estupidizar a las personas"

Jose Pablo Feinmann: Nietzsche ( Vida y voluntad de poder )

Jose Pablo Feinmann: Nietzsche "Dios ha muerto"

Jose Pablo Feinmann: Derivaciones de Nietzsche.

Jose Pablo Feinmann : Foucault ( I )

Jose Pablo Feinmann : Foucault ( II )

Jose Pablo Feinmann : ¿Existio Auschwitz , existe Dios ?

Recursos o bienes naturales.

Derechos humanos: Pasado y presente del genocidio:

Geografia: Glaciares - Reservas de agua dulce.

Ciencias Sociales: Recursos naturales - El agua.

Geografia: La cordillera de los Andes.

La historia del petroleo en la Argentina.

El problema no es Bin Laden. (por Pedro Brieger)

En Estados Unidos suele haber una visión muy simplista de lo que sucede en el mundo, casi una construcción hollywoodense de buenos contra malos. Es así que han construido superhéroes como Superman o Rambo en la ficción y super villanos y archienemigos como Fidel Casto, Jumeini, Kadafy o Bin Laden en la realidad, a los cuales hay que eliminar. “Muerto el perro muerta la rabia” piensan los que suelen comandar la política exterior desde la Casa Blanca como si los actores políticos no fueran el emergente de una situación socio-política determinada. Osama Bin laden no se levantó una mañana para matar norteamericanos por un designio religioso ni porque fuera un demente ávido de sangre occidental y cristiana Basta leer sus proclamas y discurso para comprender como surgió en el contexto de la invasión soviética de Afganistán en 1979 y del éxito de la resistencia afgana que logró expulsar las tropas soviéticas una década después. Al poco tiempo, en febrero de 1991 los norteamericanos intervinieron en Kuwait para combatir a las tropas de Saddam Hussein que habían invadido ese país en agosto de 1990 y ampliaron sus bases militares en Arabia Saudita, donde surgió el islam y está La Meca, lugar de peregrinación para todos los musulmanes. Estados Unidos, sostén incondicional del Estado de Israel y su política de negación de derechos de los palestinos ahora también ocupaba directamente tierras árabes y musulmanas. Vencidos los soviéticos en Afganistán y en proceso de desintegración el bloque comunista todos los dardos se dirigieron hacia la otra gran superpotencia, Estados Unidos.
El 28 de septiembre de 2001, apenas dos semanas después del atentado a las Torres Gemelas, en una entrevista a un diario de Paquistán, Bin Laden negó categóricamente haber formado parte de la trama. A fines de diciembre del mismo año, en un video difundido por la cadena Al Yazira, dijo de manera ambigua, que habían pasado tres meses “desde los bendecidos ataques contra la infidelidad global, contra América, la cabeza de los infieles”.
Más tarde, ya en 2004, aseguraba haberlo planificado con Mojammed Atta –considerado el cerebro del atentado.
Así era Bin Laden. Un saudí que se fue a las montañas de Afganistán para combatir la invasión soviética en los años ochenta y que se convirtió luego en el enemigo público número uno de los Estados Unidos.
Bin Laden siempre se manejo con habilidad para tener un discurso ambivalente respecto de casi todos los grandes atentados. Por un lado los elogiaba como si fueran parte de su red o como si de él hubieran salido las indicaciones. Por el otro, negaba cualquier relación y se contentaba con elogiar a aquellos que los realizaban. Esta “laxitud” llevó a que los organismos de inteligencia y los medios de comunicación rápidamente le atribuyeran casi todos los atentados a Al Qaeda, y también, que cualquier grupo pudiera formar parte de esta red inmaterial e inorgánica.
A falta de una estructura partidaria “tradicional” con una dirección política reconocida, cualquiera puede “ser” Al Qaeda, y cualquiera puede ser calificado de Al Qaeda.
El fenómeno de Al Qaeda es atípico, y va contra la tradición de los movimientos políticos que han utilizado la lucha armada y suelen reivindicar claramente una operación. Al Qaeda no desmiente nada porque es funcional que esté en todas partes. Esto provoca una psicosis colectiva, alimentada por los grandes medios, porque da la sensación de que Al Qaeda puede aparecer en cualquier lugar del planeta. El discurso ambivalente de Bin Laden llevó a que se convirtiera –o lo convirtieran– en una figura respetada y temida. En un artículo publicado en la revista Time, en junio de 2001, el periodista Tony Karo se preguntaba si Bin Laden era un mito o una realidad, ya que desea que se lo responsabilice por cualquier ataque que los medios de comunicación están preparados a endilgarle. Milton Bearden, quien formó parte de la CIA durante treinta años, y estuvo en Afganistán y Sudán, decía que ligar a Bin Laden a todo acto terrorista conocido en la última década es un insulto.
Pero para los norteamericanos, sin dudas, se había convertido en una obsesión.
Cuando Estados Unidos identificó a Bin Laden como el enemigo público número uno, bombardearon Afganistán y ofrecieron una recompensa de cinco millones de dólares por su captura. Al convertir a Bin Laden en su “obsesión” lo que lograron fue crear un héroe perseguido por la primera potencia mundial y admirado por miles de árabes y musulmanes.
Bin Laden comenzó su lucha contra los norteamericanos después de la invasión de Irak a Kuwait cuando Washington se lanzó a la guerra contra Saddam Hussein y convirtió a Arabia Saudita, cuna del Islam, en una base militar norteamericana. Luego desarrolló una ideología híbrida que incorporaba elementos del islam sunnita y actitudes sectarias contra los shiítas. Esto lo mezclaba con el nacionalismo árabe, el culto extremo al heroísmo, el autosacrificio y una retórica anti-globalización. Todo mezclado.
Pero el odio generalizado hacia Estados Unidos va mucho más allá de Bin Laden, y no es irracional ni religioso, es político. Estados Unidos, además de ocupar hoy Afganistán e Irak, ha financiado y sostenido en el mundo árabe a todas las monarquías corruptas y a casi todos los regímenes autoritarios, desde Egipto hasta Bahrein.
Por eso la eliminación física de Bin Laden no resuelve el problema de la conflictiva relación que existe entre la primera potencia mundial y el mundo árabe e islámico, ni concluye la ocupación de Irak y Afganistán. El odio generalizado hacia Estados Unidos no es irracional ni religioso, es político porque además de las sendas ocupaciones la Casa Blanca ha financiado y sostenido a todas las monarquías y casi todos los regímenes autoritarios del mundo árabe. Bin Laden quería destruir a Estados Unidos y no lo logró. No era el camino de las inmensa mayoría de los árabes tomaron y por eso no lo siguieron. Por el contrario, en 2011 decidieron salir a las calles para derrocar a sus gobernantes y eso -más allá de cualquier show mediático- a Washington lo preocupa mucho más. Porque en definitiva, el problema no es Bin Laden.
Publicado por Pedro Brieger 

sábado, 28 de mayo de 2011

Los efectos del consumo de alcohol

Preguntas y respuestas sobe la dictadura de 1976 -1983.


¿Por qué las Fuerzas Armadas dieron el golpe del 24 de marzo de 1976?
¿Qué políticas aplicó la Dictadura para lograr sus propósitos?


Segun sus protagonistas,el golpe de Estado se produjo pues las Fuerzas Armadas tuvieron que hacerse cargo del gobierno ante "la situacion de caos que se vivia en el pais".Definida por ellos como,"vacio de poder,terrorismo,y una economia dislocada".
La argumentación, característica de los golpes de esta­do, encubre parte de la realidad.
Es cierto que había una situación caótica, pero también que los grupos que pro­movieron el golpe habían con­tribuido a generarla. Las Fuer­zas Armadas tenían un claro proyecto político. El fracaso de la "Revolución Argentina" los había convencido de que era precisa una profunda reorgani­zación de la sociedad. Obliga­dos a entregar el gobierno en 1973, esperaban retomarlo. La planificación concreta del golpe comenzó más de un año antes.
La intervención militar ten­dría un carácter conservador y reaccionario. La proclama del 24 de marzo señalaba la necesi­dad de reestablecer la "vigencia de los valores de la moral cris­tiana, de la tradición nacio­nal", "de la seguridad nacio­nal" y establecer "una relación armónica entre el Estado, el capital y el trabajo".
Sus propósitos, "terminar con el desgobierno, la corrupción y el flagelo subversivo", rechazando "todos los extremis­mos" y "cualquier demagogia" .

Esto significaba acabar no sólo con los sectores de izquierda que buscaban una transformación radical de la sociedad, sino tam­bién modificar profundamente el país forjado por el peronismo treinta años antes. El fin era consolidar el dominio de la clase dirigente, acabar con la inestabi­lidad política y económica que hacía veinte años les impedía gobernar sin sobresaltos el país.
Las FF.AA., orientadas por la Doctrina de la Seguridad Nacional, implementaron un régimen de Terrorismo de Estado, un plan sistemático de secuestros, desapariciones, torturas y exterminio de dirigentes y militantes del campo popular, no sólo de los combatientes armados. Política que además de aniquilar a las organizaciones revolucionarias, buscaba descabezar a las organizaciones populares más combativas e intimidar al resto, sembrando el terror en la sociedad, a fin de disciplinarla. Por ello, la categoría subversivo era muy amplia. Abarcaba todo tipo de activis­tas, delegados sindicales, militantes políticos, sociales, estudiantiles, etc. Los trabajadores fueron particularmen­te golpeados.
El Terrorismo de Estado era la precondición necesaria para aplicar el plan económico de Martínez de Hoz sin re­sistencia. Según el diagnóstico neoli­beral, los problemas argentinos se de­bían a la intervención del Estado en la economía, que ahogaba la iniciativa privada; al carácter cerrado de la eco­nomía, que la hacía poco competitiva; al gasto público excesivo; y al desin­centivo de los productores más eficien­tes, el sector agropecuario, que debía subsidiar a la industria y a los consu­midores. Achicar el Estado, abrir la economía, reducir el déficit y apoyar la producción agro­pecuaria eran sus propósitos manifiestos.
Pero el problema real era que Argentina tenía una eco­nomía industrial, orientada al mercado interno, con bajo desempleo. Esto le daba mucho poder a los sindicatos para de­fender el salario. Y además po­dían establecer acuerdos con los empresarios ligados al mercado interno, en defensa del salario, que a la vez era consumo, for­mando una alianza que podía bloquear las iniciativas de los sectores económicos dominan­tes (capital extranjero, oligar­quía terrateniente). El plan eco­nómico atacaba las bases estruc­turales de estos sectores, promo­viendo la desindustrialización que, al reducir la cantidad de empresas nacionales y de traba­jadores industriales, haría lo propio con su poder.



Qué grupos sociales y políticos propiciaron el golpe de Estado?
¿Cómo lograron los militares el consenso necesario para el golpe?

Los grandes empresarios, sobre todo el sector li­beral. En 1975 se conformó la Asamblea Per­manente de Entidades Gremiales Empresarias, donde gran parte de los sectores capitalistas con­centrados confluyeron con intenciones desestabili-zadoras (Sociedad Rural Argentina, Bolsa de Co­mercio, Asociación de Bancos Argentinos, entre otras).

· La mayor parte de la jerarquía católica. Adolfo Tórtolo, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y Vicario General de las Fuerzas Armadas pronosticó (en diciembre de 1975) el inicio de "un proceso de purificación'" encabezado por las FF.AA. Sólo cuatro obispos sobre ochenta se pronunciaron públicamente contra la represión ilegal, y un puñado más aceptó recibir a los familiares de desaparecidos luego del golpe.
· Intelectuales y medios de prensa de la dere­cha. Por ejemplo. La Nación y La Prensa, que des­de 1973 tenían una línea marcadamente opositora al gobierno peronista; Mariano Grondona, que ya había trabajado preparando el golpe contra Illia desde Primera Plana; Ricardo Zinn, quien elabo­ró el plan que aplicó el ministro de economía Ro­drigo en 1975 y luego fue integrante del gabinete de Martínez de Hoz.
· Partidos políticos de derecha: Nueva Fuerza, Demócrata Progresista, Socialista Democrático, Federal, partidos conservadores provinciales. Sus dirigentes luego fueron colaboradores y funciona­rios de la dictadura.
Después de la muerte de Perón, el gobierno de Isabel Perón fue perdiendo todo apoyo y legitimidad política, pues aban­donó totalmente las pautas programáticas de 1973, en tanto la creciente violencia, uno de los argumentos para el golpe, era fomentada en gran me­dida por la propia derecha.
La política económica también giró hacia la ortodoxia. Inclu­so se intentó aplicar el primer experimento neoliberal, con Ro­drigo, si bien la movilización obrera lo impidió. Esto robusteció el consenso capitalista sobre la necesidad del golpe. El desgo­bierno económico era incentivado por estos sectores (remarca­ción de precios, paros patronales, etc.).
La lucha interna desgastó al gobierno. A la ruptura definitiva y la guerra abierta con la izquierda peronista, siguió la lucha en­tre la burocracia sindical y el lopezreguismo y la ruptura en el partido entre verticalistas y antiverticalistas, que terminó de ais­lar a la presidenta. En este desenlace colaboraron la ineptitud política de Isabel y quienes la rodeaban.
Este cuadro llevó, sobre todo a los sectores medios, a ver a las FF.AA. como una garantía del orden. Entre los trabajadores, que aún sostenían luchas defensivas, tal vez lo que primó en su acti­tud fuesen decepción e impotencia, pues éste había sido su go­bierno. En definitiva, como lo señaló Rodolfo Walsh en su Carta Abierta a la Junta Militar, lo que las FF.AA. liquidaron no era el gobierno de Isabel Perón, sino "la posibilidad de un proceso de­mocrático " donde el pueblo remediara los males que lo aqueja­ban, pues sólo faltaban nueve meses para las elecciones.


¿Por qué el sistema político no encontró una salida democrática?
La democracia tenía escaso valor en la Argentina. Los grupos dominantes y sus partidos afínes no creían en ella. Desde 1916 nunca pudieron articular una fuerza polí­tica capaz de lograr un consenso de masas. Por ello utiliza­ron a las fuerzas armadas como un instrumento al servicio de sus intereses. Desde el golpe del 30, cuando la élite go­bernó directamente fue mediante dictaduras, gobiernos ci­viles tutelados por las FF.AA., y proscripciones de las ma­yorías populares.
Las fuerzas armadas se transformaron en un actor más del juego político, con cierta autonomía, conformando lo que luego se llamó el Partido Militar. Buena parte de los parti­dos liberales tradicionales que invocaban la democracia no habían dudado en golpear la puerta de los cuarteles. Los golpes eran cívico-militares, los partidos actuaban a través de ellos. Para los peronistas, la democracia era la bandera poco creíble esgrimida por los golpistas del 55; para la iz­quierda ocultaba el carácter de dominación de clase de las democracias burguesas.

¿Por qué se frustró el proceso abierto en 1973? ¿Cuál era el proyecto de Perón?

Frente a la crisis política de 1975-76, como de hecho se aceptaba ese papel tutelar de las FF.AA., la mayor parte de los partidos no golpistas, luego de una serie de infructuosos esfuerzos por buscar una salida (que intentaban el desplaza­miento de la presidenta), se resignaron a la intervención de las FF.AA. y más bien comenzaron a pensar cómo se reaco-modarían luego. Esta falta de opciones se puso de manifies­to tanto en el discurso que Ricardo Balbín -líder de la UCR-pronunció dos semanas antes del golpe, como en la actitud de espera de los dirigentes peronistas.

¿Qué papel jugó la izquierda revolucionaría en este proceso?  
En los 60, organizaciones y militantes de diversas orientaciones ideológicas (marxistas, peronistas, cristianos) se fueron radicalizando, en un proceso con raíces en la resistencia peronista, la renovación de la Iglesia y las nuevas corrientes de la izquierda en el mundo. Coincidían en poner el acento en la necesidad de un cambio revolucionario en la sociedad. En el movimiento obrero, se afirma una corriente combativa; en la iglesia el Movimien­to de Sacerdotes para el tercer Mundo; el movimiento estudiantil se radicaliza; surgen diversos movimientos sociales, etc. Algunas organizaciones políticas llegan a la conclusión que el único cami­no para lograr los cambios era la lucha armada. En el enfrentamiento contra la dictadura de Lanusse, tanto las or­ganizaciones de masas como las armadas cumplieron un papel im­portante, pues fue el temor a una guerra civil -espoleado por Pe­rón- lo que obligó a las FF.AA. a dar una salida democrática sin condiciones.
Buena parte de estos grupos finalmente ingresan al peronismo.
 La campaña electoral también fue protagonizada por la Juventud Peronista.

En el gobierno de Cámpora, estos sectores empujaron un proceso de movilización. Sobre la base del importante papel jugado hasta el momento creyeron que liderarían la construcción del socialismo nacional. Desautorizados por Perón, dieron la lucha política. En la medida en que su campo de acción se acotaba, volvieron a las ar­mas. Se internaron en una espiral de violencia, donde la lucha fue cada vez más militar y menos política, lo cual los llevó a un calle­jón sin salida, donde no podían vencer y su acción fortalecía la de­recha, al darle argumentos para el golpe. Distinto al caso del ERP, que si bien tuvo disensos internos, nunca abandonó la lucha armada.
Tomada en conjunto, la acción de las organizaciones armadas durante el gobierno pero­nista resultó contraproducente para el campo popular y las propias organizaciones, que ex­puestas en demasía frente a un enemigo superior militar y políticamente, fueron destruidas. En ese clima, las organizaciones de masas más combativas encontraron poco espacio para desarrollar su política. En definitiva, los sectores que buscaban un cambio radical de la so­ciedad no pudieron hacer que ésa fuese una opción de masas. A grandes industriales y los terratenientes, por dirigista y esta-tista. La izquierda también lo rechazó, pues lo veía como un freno para la transformación social.
Perón comenzó a desmontar las posiciones de la izquierda peronista, se apoyó en el sindicalismo ortodoxo y en los sec­tores de centro y derecha del movimiento. La Tendencia resis­tió movilizándose. El clima político, se enrareció: el comien­zo del accionar de la Triple A; el asesinato de Rucci; medidas políticas orientadas contra la izquierda (leyes, intervenciones a provincias); ataques del ERP a unidades militares; la ruptu­ra pública se produjo el Io de mayo.
El Pacto Social enfrentó dificultades (inflación, reclamos obreros y empresarios). El establishment presionó. Perón, el 12 de junio, hizo un último intento de reencauzar el proyecto. Su muerte lo desbarató.
La ironía de esta historia fue que para afirmar su proyecto, Perón se apoyó en la derecha del movimiento. Y a su muerte, fue ese sector quien lo desechó. Tal vez previendo este desen­lace fue que en su último discurso ante los trabajadores (los únicos que le habían permanecido fieles), expresó que el pue­blo era su único heredero.

¿Que papel tuvieron la clase trabajadora y el movimiento obrero?
Luego de la caída del peronismo, el movimiento obrero sostuvo grandes luchas. En los 60 se consolida organizativamente, se transforma en un factor de poder, por su poder de movilización, sus recursos financieros, y también porque represen­ta políticamente a los trabajadores, mayoritariamente peronistas.
La principal corriente sindical es el vandorismo. Su lema es golpear y negociar, obtener beneficios para los trabajadores, y consolidar su poder. Pérdida de democracia sindical, patoteris-mo, corrupción, algunos de sus rasgos. Durante la Revolución Argentina su poder es cuestionado. Renace una corriente com­bativa, que retoma el espíritu de la resistencia peronista junto con nuevos postulados, agrupada en la CGT de los Argentinos. Poco después surge el sindicalismo clasista, sobre todo en el in­terior. Los trabajadores se movilizan para reconquistar el prota­gonismo perdido.
El retorno del peronismo al gobierno encuentra a la burocra­cia sindical debilitada. Han apostado tibiamente a la vuelta de Perón. Desconfían del Pacto Social, que limita su capacidad de acción. Son crecientemente cuestionados por sus bases. Pero co­mo resultan imprescindibles para sostener el Pacto Social, Pe­rón, a cambio de su apoyo, los respalda. Se alian con López Re-ga contra la Tendencia. Los trabajadores apoyan a los líderes sindicales y a Perón, aunque también libran luchas reivindicati-vas. El sindicalismo combativo, en tanto, no logra consolidar sus posiciones en los sindicatos, que irá perdiendo.
Muerto Perón, el sindicalismo ortodoxo lleva adelante una ofensiva contra los sindicatos opositores e impulsa la renuncia del ministro Gelbard. En 1975 enfren­tan a Rodrigo y López Rega, presionados en parte por los trabajadores y los secto­res combativos. Son las últimas grandes luchas de período. En definitiva, no supie­ron, cuando eran el principal soporte del gobierno, formular una política que resol­viera la crisis. Entonces también comenzaron a esperar el golpe, pensando en lue­go volver a golpear y negociar. Pero las condiciones ya no serían las mismas.



¿Qué efectos tuvieron las políticas aplicadas por la Dictadura?

Las políticas de la Dictadura modificaron pro­fundamente la sociedad, logrando parte de sus propósitos.
Consiguieron desarticular a las clases y secto­res sociales ligados al modelo industrialista, rom­piendo el empate social existente hasta 1976. So­bre todo, la clase trabajadora ya no tendría el pro­tagonismo de la etapa anterior, afectada por la precarización laboral, por la desocupación, como también por la pérdida del poder y el desprestigio del sindicalismo tradicional.
También ayudaron al afianzamiento de un nue­vo modelo económico y de las clases dominantes, favoreciendo la consolidación de los grupos eco­nómicos nacionales. Y apareció en escena un nuevo actor: los acreedores externos, acompaña­dos por organismos como el FMI y el Banco Mundial.
Asimismo, la democracia recuperada adoleció de limitaciones, los partidos mayoritarios fueron captados progresivamente por el poder, lo cual limitó la posibilidad (y la esperanza que se tenía en un comienzo) de recuperar por su medio todo lo perdido.
El resultado final de estas políticas es conocido: el au­mento de la polarización económica y la dualidad social, el progresivo empobrecimiento de importantes sectores sociales, la gran concentración del ingreso.
Sin embargo, las clases dominantes no lograron todos sus propósitos.
En primer lugar, el propio retomo a la democracia fue (al menos en parte) resultado de una conquista popular, pues los sectores de poder apostaban a una salida conti-nuista del Proceso. Decimos parcialmente porque tam­bién cambió en ese momento la política del Departamen­to de Estado de los EE.UU., que a partir de los 80 impul­saron el retorno a la democracia en América Latina. Y también fue fruto del descalabro de Malvinas.
Tampoco pudieron impedir el resurgir de las luchas sociales y sindicales ni la aparición de nuevos movimien­tos sociales (entre ellos un nuevo sindicalismo) que en­frentaron las políticas neoliberales.
En el plano de los Derechos Humanos, la resistencia de los organismos fue importante para la recuperación de la democracia primero y, posteriormente, para el avance en el juicio y castigo de los culpables.
Las FF.AA., no sólo quedaron totalmente despresti­giadas, sino que perdieron el papel tutelar que habían te­nido en la política argentina, sufriendo un acentuado pro­ceso de desintegración interna.
Finalmente, en los últimos años, tomando como pun­to de inflexión el estallido del 2001, hay una recupera­ción en el movimiento popular. Aún con divisiones y de­bilidades, comienza a despuntar otro tipo de lucha, para recuperar todo lo perdido.


¿Cómo influyó el contexto latinoamericano y mundial?
La guerra fría: el enfrentamiento entre los países comunistas (URSS, China, etc.) y el occidente capitalista (EE.UU., Europa occidental) cubrió la escena internacio­nal. América Latina estaba ubicada dentro de la esfera de influencia de los EE.UU. Sus políticas hacia la región tuvieron importancia. Fue significativa la influencia so­bre los ejércitos de la región de la Doctrina de la Seguridad Nacional, tomada acti­vamente por los militares argentinos, reemplazando la idea de defensa de la frontera por la de enemigo interno. Bajo este mar­co se desarrolló el Plan Cóndor. La influencia yanqui también se sintió a través de los organismos multilaterales, las empresas multinacionales, los medios culturales y de prensa. En realidad, bajo el supuesto de frenar el avance del comunismo, se buscó impedir la formación de gobiernos populares, que obstaculiza­ran la expansión de los EE.UU, de sus valores, modos de vida y sobre todo su comercio.
La influencia de la Revolución cubana: más allá de la influen­cia que el clima de época de rebeldía tuvo en general, ios grupos revolucionarios argentinos se vieron muy influenciados por el ejemplo de la revolución, muchos cuadros viajaron a la isla, don­de recibieron formación política y militar. Los cubanos apoyaron la instalación de distintos focos insurgentes en América Latina (el más conocido, en Bolivia, donde murió el Che). Sobre todo, la revolución cubana fue muy arráyente poique era el ejemplo de una revolución triunfante. El método: la lucha armada.
La crisis del capitalismo: diversos elementos, entre ellos, la caída de las ganancias de las empresas y la crisis del petróleo, llevaron a una crisis del modelo económico mundial. Esto hizo que, por una parte, cambiaran las condi­ciones del comercio mundial, lo que influyó directamente en nuestro país. Así, el cie­rre del mercado europeo fue uno de los elementos que precipitó la crisis económica de 1974-1975. Por otra parte, comienza el fin de las políticas keynesianas. Desde los centros de poder se expanden las propuestas neoliberales, que se aplican por primera vez en Chile, bajo la dictadura de Pinochet.