miércoles, 15 de junio de 2011

"ManifesTonn"



El Manifiesto del Partido Comunista (Manifest der Kommunistischen Partei, título en alemán) escrito por Karl Marx y Friedrich Engels entre 1847 y 1848, publicado por primera vez en Londres el 21 de febrero de 1848. Es una de las obras políticas más influyentes de la historia.
Para los que no han leído esta magnifica obra, es recomendable que antes de hacerlo vean este video, cuyo título en inglés es "Manifestoon"que no es más que un collage de dibujos animados clásicos que ayudan a ilustrar de manera muy entretenida la narración original del Manifiesto, haciendo de este un material de fácil aprendizaje que nos ayudará sin duda a Pensar Fuera de la Caja. Disfrútenlo...


¿Que son los bienes comunes?


martes, 14 de junio de 2011

ASI VEN EL MUNDO LOS ESTADOUNIDENSES !!!!

Pues bien, esto es normal creérselo debido a toda la manipulación mediática que nos ha invadido desde el Norte durante tantos años a través de la música, el cine, la televisión, etc, etc, etc...

Es importante resaltar que no se niega que Estados Unidos es un gran país, de allí han salido muchas cosas buenas para la humanidad, es cierto. El problema es su gobierno que se ha propuesto adueñarse del mundo a como de lugar, ( "Los pueblos latinoamericanos no odian a tu pueblo, odian a los del Pentágono que hacen la guerra por dinero"). Muchas veces ni siquiera el pueblo estadounidense sabe que lo están cegando con respecto a lo que sucede en el mundo. Estados Unidos posee un pueblo que ha sido mediatizado, engañado por su gobierno y por las grandes compañías transnacionales para poder dominarlo y convencerlo que es el resto del mundo quienes los odian y los envidian por su superdesarrollo.

En consecuencia, queremos mostrarles un video hecho por estadounidenses hace un par de años que nos muestra en qué nivel realmente se encuentra la cultura general de los ciudadanos estadounidenses, cómo y qué saben ellos acerca del mundo que los rodea. Es impresionante que en el país más rico del mundo, en un país primermundista la opinión pública esté en un nivel deplorable, donde sus ciudadanos muestran que no conocen nada, absolutamente nada.

viernes, 3 de junio de 2011

10 estrategias de manipulación social a través de los medios de comunicacion ( por Noam Chomsky)



Publicado: marzo 24, 2011 | Autor: mediospanycirco | Archivado en: Manipulación mediática | Etiquetas: 10 estrategias de manipulación social a través de los medios ( por Noam Chomsky)
¿Existirá alguna semejanza con lo que sucede en nuestro país? juzgue usted mismo.


1. La estrategia de la distracción.

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción, que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. – La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. – ”Mantener la Atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. – Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales ( cita del texto ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas )”.

2. Crear problemas y después ofrecer soluciones.

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar.
Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3. La estrategia de la gradualidad.

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad,desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, etc.Tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

4. La estrategia de diferir.

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad.

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso,argumentos,personajes y entonación particularmente infantiles,muchas veces próximos a la debilidad,como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad ( ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”).

6. Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido critico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos.

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas”).

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto.

9. Reforzar la autoculpabilidad.

Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. ….Y, sin acción, no hay revolución!

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.

En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.





Fuente: http://gramscimania.blogspot.com/2010/09/noam-chomsky-y-las-10-estrategias-de.html

jueves, 2 de junio de 2011

"El orden criminal del mundo"


"El orden criminal del mundo"


Playa Giron . Cronica de un fracaso.


Para saber que es el capitalismo (Por Atilio Boron)


El capitalismo tiene legiones de apologistas. Muchos lo hacen de buena fe, producto de su ignorancia y por el hecho de que, como decía Marx, el sistema es opaco y su naturaleza explotadora y predatoria no es evidente ante los ojos de mujeres y hombres. Otros lo defienden porque son sus grandes beneficiarios y amasan enormes fortunas gracias a sus injusticias e inequidades. Hay además otros ("gurúes" financieros, "opinólogos", "periodistas especializados", académicos "bienpensantes" y los diversos exponentes del "pensamiento único") que conocen perfectamente bien los costos sociales que en términos de degradación humana y medioambiental impone el sistema. Pero están muy bien pagados para engañar a la gente y prosiguen incansablemente con su labor. Ellos saben muy bien, aprendieron muy bien, que la "batalla de ideas" a la cual nos ha convocado Fidel es absolutamente estratégica para la preservación del sistema, y no cejan en su empeño.
Para contrarrestar la proliferación de versiones idílicas acerca del capitalismo y de su capacidad para promover el bienestar general examinemos algunos datos obtenidos de documentos oficiales del sistema de Naciones Unidas. Esto es sumamente didáctico cuando se escucha, máxime en el contexto de la crisis actual, que la solución a los problemas del capitalismo se logra con más capitalismo; o que el G-20, el FMI, la Organización Mundial del Comercio y el Banco Mundial, arrepentidos de sus errores pasados, van a poder resolver los problemas que agobian a la humanidad. Todas estas instituciones son incorregibles e irreformables, y cualquier esperanza de cambio no es nada más que una ilusión. Siguen proponiendo lo mismo, sólo que con un discurso diferente y una estrategia de "relaciones públicas" diseñada para ocultar sus verdaderas intenciones. Quien tenga dudas mire lo que están proponiendo para "solucionar" la crisis en Grecia: ¡las mismas recetas que aplicaron y siguen aplicando en América Latina y África desde los años ochenta!
A continuación, algunos datos (con sus respectivas fuentes) recientemente sistematizados por CROP, el Programa Internacional de Estudios Comparativos sobre la Pobreza radicado en la Universidad de Bergen, Noruega. CROP está haciendo un gran esfuerzo para, desde una perspectiva crítica, combatir el discurso oficial sobre la pobreza elaborado desde hace más de treinta años por el Banco Mundial y reproducido incansablemente por los grandes medios de comunicación, autoridades gubernamentales, académicos y "expertos" varios.

Población mundial: 6800 millones, de los cuales:
    1020 millones son desnutridos crónicos (FAO, 2009)
    2000 millones no tienen acceso a medicamentos (www.fic.nih.gov)
    884 millones no tienen acceso a agua potable (OMS/UNICEF 2008)
    924 millones “sin techo” o en viviendas precarias (UN Habitat 2003)
    1600 millones no tienen electricidad (UN Habitat, “Urban Energy”)
    2500 millones sin sistemas de dreanajes o cloacas (OMS/UNICEF 2008)
    774 millones de adultos son analfabetos (www.uis.unesco.org)
    18 millones de muertes por año debido a la pobreza, la mayoría de niños menores de 5 años. (OMS)
    218 millones de niños, entre 5 y 17 años, trabajan a menudo en condiciones de esclavitud y en tareas peligrosas o humillantes como soldados, prostitutas, sirvientes, en la agricultura, la construcción o en la industria textil (OIT: La eliminación del trabajo infantil: un objetivo a nuestro alcance, 2006)
    Entre 1988 y 2002, el 25 % más pobre de la población mundial redujo su participación en el ingreso mundial desde el 1.16 por ciento al 0.92 porciento, mientras que el opulento 10 % más rico acrecentó sus fortunas pasando de disponer del 64,7 al 71.1 % de la riqueza mundial . El enriquecimiento de unos pocos tiene como su reverso el empobrecimiento de muchos.
    Ese solo 6.4 % de aumento de la riqueza de los más ricos sería suficiente para duplicar los ingresos del 70 % de la población mundial, salvando innumerables vidas y reduciendo las penurias y sufrimientos de los más pobres. Entiéndase bien: tal cosa se lograría si tan sólo se pudiera redistribuir el enriquecimiento adicional producido entre 1988 y 2002 del 10 % más rico de la población mundial, dejando intactas sus exorbitantes fortunas. Pero ni siquiera algo tan elemental como esto es aceptable para las clases dominantes del capitalismo mundial.

(Conclusión: si no se combate a la pobreza (¡ni se hable de erradicarla bajo el capitalismo!) es porque el sistema obedece a una lógica implacable centrada en la obtención del lucro, lo que concentra la riqueza y aumenta incesantemente la pobreza y la desigualdad económico-social.)

Después de cinco siglos de existencia esto es lo que el capitalismo tiene para ofrecer. ¿Qué esperamos para cambiar al sistema? Si la humanidad tiene futuro, será claramente socialista. Con el capitalismo, en cambio, no habrá futuro para nadie. Ni para los ricos ni para los pobres. La sentencia de Friedrich Engels, y también de Rosa Luxemburgo: "socialismo o barbarie", es hoy más actual y vigente que nunca. Ninguna sociedad sobrevive cuando su impulso vital reside en la búsqueda incesante del lucro, y su motor es la ganancia. Más temprano que tarde provoca la desintegración de la vida social, la destrucción del medio ambiente, la decadencia política y una crisis moral. Todavía estamos a tiempo, pero ya no queda demasiado.

Mapa interactivo de la crisis política en el mundo árabe.

http://www.elpais.com/especial/revueltas-en-el-mundo-arabe/

EE.UU en Irak : Enviar a la muerte a medio millón de niños "valió la pena", dijo M. Albright


De este crimen perpetrado por el gobierno genocida de Estados Unidos en Irak tampoco se habla: “Entre el embargo y la invasión —de 1990 a 2011— las estimaciones más altas son: tres millones de muertos; los no natos, los recién nacidos y los menores de cinco años siguen pagando todavía el precio más alto.” Una espeluznante nota de Felicity Arbuthnot Uruknet sobre los horrores impuestos a ese pueblo por Washington, que antes había instalado en el poder a Sadam Husseim para utilizarlo como ariete contra la revolución iraní. Nota que también sirve para recordar que Demócratas o Republicanos son apenas las dos alas de un solo partido: el partido del capital. Y que si para preservar sus intereses hay que mandar a la muerte a medio millón de niños iraquíes el “precio vale la pena.”
¡Feliz aniversario, Madam Albright!
Dedicado a Madeleine Albright en nombre de los niños y niñas de Iraq cuyas vidas fueron “un precio que valía la pena”
“[...] La guerra en nuestro tiempo es siempre indiscriminada, una guerra contra inocentes, una guerra contra los niños”.
(Howard Zinn (1922-2010)
Programa "60 Minutes", 12 de mayo de 1996.
http://www.youtube.com/watch?v=RM0uvgHKZe8&feature=player_embedded
Quien me alertó fue Kathy Kelly [1] —incansable, amorosa, comprometida con el pueblo de Iraq, en constante riesgo de sufrir la ira draconiana, las penas de cárcel y las multas imposibles del gobierno estadounidense debido a su compasión. Sonó el teléfono; era el 12 de mayo de 1996 y Kathy llamaba, aturdida, desde Chicago. Madeleine Albright, entonces embajadora de Estados Unidos ante la ONU, acababa de aparecer en “Sixty Minutes” [el programa televisivo 60 minutos].
Lesley Stahl, dijo Kathy, había dicho sobre el embargo impuesto a Iraq por Estados Unidos: “Hemos oído que medio millón de niños y niñas han muerto. Vaya, son más niños que los que murieron en Hiroshima y... bueno, ¿vale la pena este precio?”. Albright había respondido: “Creo que es una elección muy difícil, pero el precio... creemos que el precio vale la pena”. ...(clic abajo para continuar)
Ciertas cosas permanecen grabadas de forma indeleble en la memoria. Recuerdo una sensación de incredulidad; de algún modo, hasta la meticulosa Kathy debía de haberlo malinterpretado. Le pregunté si había alguna manera de que pudiera enviarme una transcripción por fax —esos tiempos eran, para la mayoría, anteriores a los ordenadores personales. Mágicamente, en una hora lo había conseguido. Leyéndolo, inundaron mi mente las imágenes de los niños y niñas que había visto sin poder hacer nada, con sus vidas malogradas por falta de medicamentos embargados, de tratamientos embargados y, con frecuencia, de capacidades para realizar cirugías vitales, embargadas.
Pensé en el aspecto repentino de la esperanza, en los ojos de un padre y una madre sentados junto a la cama de un niño mientras una entraba en la sala. Una era de fuera de Iraq: quizá podría hacer algún milagro; entonces la mirada moría. Como murieron tantas y tantas almas pequeñas y frágiles a las que se arrebató sus vidas. Ahora sabía que eran un “precio” que “valía la pena”. Y con ello, la constatación de que el mal total existe realmente.

Iraq importaba el 70% de prácticamente todo. El Día de Hiroshima de 1990, al aplicarse el embargo, acabó la vida racional. De los libros escolares, a los juguetes para niños, de los lápices de labios a los artículos sanitarios, del lavavajillas al champú, la normalidad murió. Pero fue el sector de la salud, antes posiblemente el mejor de Oriente Próximo, gratuito para todos, lo que fue devastado de manera excepcional. Tras el bombardeo de 1991, quedó —literalmente— en ruinas.
La saña con que el Comité de Sanciones de Naciones Unidas actuó fue una burla a los términos precisos de su Carta fundacional, en general, y a la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de la Infancia, en particular. Desde incubadoras a jeringas pediátricas, desde medicamentos contra el cáncer a máquinas y equipamiento de diálisis, desde analgésicos a escalpelos, desde antibióticos a inhaladores para el asma: se prohibió todo.

Seis meses antes de la declaración de Albright, en diciembre de 1995, Sara Zaidi y María Smith Fawzi, del Centro de Derechos Económicos y Sociales y de la Escuela de Salud Pública de Harvard, escribiendo en la revista The Lancet señalaron que en agosto de 1991, justo un año desde que se aplicó el embargo: “la mortalidad de referencia para la población menor de cinco años aumentó desde un 43,2 a 128,5 por 1.000, lo que refleja un aumento de tres veces en la mortalidad infantil”. En su nueva encuesta (de 1995) bajo los auspicios de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas [FAO] afirmaban: “La tasa de mortalidad de cinco años ha aumentado en cinco veces”. El retraso del crecimiento y la emaciación [2] se habían convertido en prevalentes en un país donde la comida era antes barata y abundante.
Fui a Iraq por primera vez tras los bombardeos de 1991, menos de un año después, y en un par de horas fui testigo de la realidad que yace tras las estadísticas. En lo que había sido el buque insignia de los hospitales de enseñanza, vi a una joven enfermera tratando desesperadamente de limpiar la garganta de un bebé recién nacido y perfecto ante sus jóvenes padres de pie con sus rostros congelados por el terror. Una amiga, una médica de Escocia que estaba conmigo, miró a su alrededor y dijo: “En una situación como esta, casi en cualquier hospital, sabes dónde se encuentran los aparatos imprescindibles; aquí no hay nada”. Vimos con impotencia como el pobrecito se volvía blanco, gris, casi azul, para acabar perdiendo su combate por la vida mientras el sol entraba a raudales a través de las rotas ventanas dañadas por las bombas. Las fábricas de vidrio habían sido bombardeadas y el propio cristal estaba también prohibido. El bebé había muerto por [la falta de] un mero aspirador de plástico que valía poco más de unos céntimos.
En 1993, las madres demasiado desnutridas para amamantar y que no podían pagar la leche en polvo alimentaban a sus bebés con agua y azúcar o té negro azucarado. Prácticamente todos ellos se hincharon por desnutrición crónica y murieron. Los médicos crearon un nuevo diagnóstico. Los llamaban “los bebés de azúcar”.
En cuanto a los niños y las niñas que sobrevivieron, los expertos en menores en zonas de guerra advirtieron que se trataba posiblemente de la población infantil más traumatizada de la tierra. En medio de tal austeridad, y con los permanentes (e ilegales) bombardeos estadounidenses y británicos, no tenían forma de recuperarse de sus experiencias.
Un ejemplo inolvidable fue el de un niño de unos cinco años en una pequeña tienda de ultramarinos, una mañana temprano. Entró con ese aire orgulloso que tienen los niños en todas partes cuando se les encarga una misión importante. Compró un huevo. En aquel momento, una bandeja de huevos costaba el salario mensual de un profesor universitario. Que uno fuera a una comida y encontrase piezas diminutas de huevo en el plato significaba que se le honraba de verdad. El niño lo llevó con cuidado a la puerta y se le cayó. Se arrodilló y trató de recogerlo en sus manos mientras las lágrimas corrían por su rostro. Metí la mano en mi bolsillo, el encargado de la tienda le dio un golpecito en el hombro y le dio otro.
Otros dos niños cuyo “precio valía la pena” padecían leucemia mieloide aguda, sangraban internamente y estaban cubiertos de hematomas por la filtración de sus capilares: una dolencia intratable. No hubo alivio para el dolor. El menor, de tres años, yacía rígido, los ojos llenos de lágrimas contenidas. Se había enseñado a sí mismo a no llorar porque llorar atormentaba su pequeño cuerpo agonizante aún más. Me di la vuelta, incapaz de hacerle una foto o de tomar notas; sólo quería consolarle pero tocarle le hubiera supuesto aún más agonía.
Cerca de la puerta me incliné para acariciar la cabeza del hijo mayor, de sólo cinco años. En un gesto que debió de costarle lo inimaginable, respondió al afecto como hacen los niños de todo el mundo y me apretó la mano con fuerza. En aquel momento escribí: “Caminé por la sala, me apoyé contra la pared y supe que realmente era posible morir de vergüenza”.
La Sra. Albright se habría sentido, sin duda, complacida por los avances de su proyecto en Basora. En una visita al Hospital Pediátrico y de Maternidad, mi querida amiga, la doctora Yenan Hussein, salió corriendo a darme un abrazo. Tras un momento de silencio tuve casi una premonición. Ella dijo: “Felicity, ¿se acuerda de los niños sobre los que escribió usted en junio?” (Era noviembre) “Lo siento, todos han muerto”. Eran diecisiete bebés de la unidad de bebés prematuros, sin siquiera oxígeno. (Prohibido).
Fue en esa visita cuando estuve a punto de perder el norte. Entré en una sala en la que un grupo de angustiadas mujeres, tías, abuelas, estaban junto a la cuna de otro recién nacido en perfecto estado que acababa de morir. La madre había salido de la unidad rota por el dolor. Pregunté si podía coger al pequeño todavía caliente. “Por favor, por supuesto”. Lo puse encima de mi hombro, le acaricié la cabeza, la espalda, convencida de que podría traerle de nuevo a la vida; era cálido, fluido, total. No sé por cuánto tiempo estuve acariciando su pequeña forma dispuesta a traerle de nuevo. Finalmente, derrotada, lo dejé tumbado, lo envolví y lloramos juntas.
Más abajo en el pasillo había otro recién nacido. Estaba en una incubadora envuelto en mantas porque la incubadora no funcionaba (las piezas de recambio: prohibidas) en el espejo del mundo en que Iraq se había convertido. Prematuro y amarillo por la ictericia como estaba, necesitaba una transfusión. Pensé que yo podría tener el tipo de sangre que necesitaba y la ofrecí si podían comprobarlo para asegurarse, pues una sangre distinta es tan letal como la propia falta de sangre. No había instalaciones para comprobarlo. Prohibidas. Mi hijo prematuro se salvó por una transfusión. Miré a los ojos de la madre y su agonía resonó. Nosotras, los médicos, el bebé, éramos todos tan inútiles como los demás.
Cuando el cáncer se disparó (los niños a mediados de los años 90 nacían a menudo con cáncer, un fenómeno insólito) los tratamientos contra el cáncer fueron prohibidos. El cáncer se ha relacionado con las armas utilizadas, especialmente de uranio empobrecido.
En un Informe “por propia iniciativa”, la Autoridad de la Energía Atómica del Reino Unido estimaba que si se mantenían cincuenta toneladas de polvo residual tras las hostilidades de 1991, habría más de medio millón de muertes por cáncer en el año 2000. De hecho, las estimaciones más altas de esos restos son de 700 toneladas. En 1998, un estudio de la Universidad John Hopkins estimaba que si el cáncer continuaba en la curva de ese momento, en el año 2000 lo desarrollaría el 44% de la población.

La guerra relámpago de 2003 puede haber dejado otras 2.000 ó 3.000 toneladas de uranio empobrecido más. Durante muchos años, muchas parejas han temido tener hijos debido a la epidemia de los defectos congénitos, los mismos que se producirían si se dejaran caer residuos nucleares sobre la población.
He escrito mucho sobre Yassim, el niño poeta que al oír que era escritora resplandeció de alegría y puso un cuaderno bajo su almohada en la sala de cáncer en la que yacía. ¿Podría leerme su poema? Claro...:
“El nombre es amor
La clase no tiene sentido
La escuela está sufriendo

El gobierno es la tristeza

La ciudad suspira

La calle es miseria

El número de la casa es mil suspiros”

“Yassim”, dije, encontrando finalmente mi voz, si puedes escribir esto a los 13 años, piensa en lo que vas a escribir cuando tengas 20. Le pregunté si podía usar su poema citándole. Estaba emocionado. No llegó a verlo impreso en tantos sitios y en tantas lenguas. Murió antes de que una agencia de ayuda, eludiendo el embargo, pudiera obtener los medicamentos que necesitaba para él.
Justo antes de la invasión, le pregunté al padre de otro niño enfermo terminal, Muhammad, de 10 años, lo que le gustaría pedir a George W. Bush y Tony Blair. Respondió: “Por favor, pregúnteles si es que quieren sacrificar a todos los niños”.
“Liberar” Iraq se ha traducido en unas estimaciones de cinco millones de huérfanos, un millón de viudas, casi cinco millones de desplazados, tanto interna como externamente y una infraestructura, una distorsión social, y una tragedia médica que hacen que los años del embargo parezcan leves. Entre el embargo y la invasión —de 1990 a 2011— las estimaciones más altas son: tres millones de muertos; los no natos, los recién nacidos y los menores de cinco años siguen pagando todavía el precio más alto. Un “precio que vale la pena”.
¡Feliz aniversario, Madam Albright!
__________

N. de la Traductora:
1. Kathy Kelly, estadounidense, fue coordinadora de la organización Voices in the Darkness en Iraq, con algunos de cuyos miembros permaneció en Bagdad durante las semanas previas a la invasión de 2003 y hasta varios años después de la guerra y la ocupación dando apoyo a los sectores de población más vulnerables.
2. La emaciación,  o peso inferior al que corresponde a la estatura, es un importante indicador de la mortalidad entre los menores de cinco años.
Fuente: http://www.uruknet.de/?s1=1&p=77661&s2=13

Areas naturales protegidas.


Mapa climatico de Koppen interactivo.

http://www.terra.es/personal/jesusconde/Koppen/Portada/cuerpo.htm

miércoles, 1 de junio de 2011

Jose Pablo Feinmann : ¿Que hacemos con lo que hicieron de nosotros.?

Jose Pablo Feinmann: " La TV trabaja para estupidizar a las personas"

Jose Pablo Feinmann: Nietzsche ( Vida y voluntad de poder )

Jose Pablo Feinmann: Nietzsche "Dios ha muerto"

Jose Pablo Feinmann: Derivaciones de Nietzsche.

Jose Pablo Feinmann : Foucault ( I )

Jose Pablo Feinmann : Foucault ( II )

Jose Pablo Feinmann : ¿Existio Auschwitz , existe Dios ?

Recursos o bienes naturales.

Derechos humanos: Pasado y presente del genocidio:

Geografia: Glaciares - Reservas de agua dulce.

Ciencias Sociales: Recursos naturales - El agua.

Geografia: La cordillera de los Andes.

La historia del petroleo en la Argentina.

El problema no es Bin Laden. (por Pedro Brieger)

En Estados Unidos suele haber una visión muy simplista de lo que sucede en el mundo, casi una construcción hollywoodense de buenos contra malos. Es así que han construido superhéroes como Superman o Rambo en la ficción y super villanos y archienemigos como Fidel Casto, Jumeini, Kadafy o Bin Laden en la realidad, a los cuales hay que eliminar. “Muerto el perro muerta la rabia” piensan los que suelen comandar la política exterior desde la Casa Blanca como si los actores políticos no fueran el emergente de una situación socio-política determinada. Osama Bin laden no se levantó una mañana para matar norteamericanos por un designio religioso ni porque fuera un demente ávido de sangre occidental y cristiana Basta leer sus proclamas y discurso para comprender como surgió en el contexto de la invasión soviética de Afganistán en 1979 y del éxito de la resistencia afgana que logró expulsar las tropas soviéticas una década después. Al poco tiempo, en febrero de 1991 los norteamericanos intervinieron en Kuwait para combatir a las tropas de Saddam Hussein que habían invadido ese país en agosto de 1990 y ampliaron sus bases militares en Arabia Saudita, donde surgió el islam y está La Meca, lugar de peregrinación para todos los musulmanes. Estados Unidos, sostén incondicional del Estado de Israel y su política de negación de derechos de los palestinos ahora también ocupaba directamente tierras árabes y musulmanas. Vencidos los soviéticos en Afganistán y en proceso de desintegración el bloque comunista todos los dardos se dirigieron hacia la otra gran superpotencia, Estados Unidos.
El 28 de septiembre de 2001, apenas dos semanas después del atentado a las Torres Gemelas, en una entrevista a un diario de Paquistán, Bin Laden negó categóricamente haber formado parte de la trama. A fines de diciembre del mismo año, en un video difundido por la cadena Al Yazira, dijo de manera ambigua, que habían pasado tres meses “desde los bendecidos ataques contra la infidelidad global, contra América, la cabeza de los infieles”.
Más tarde, ya en 2004, aseguraba haberlo planificado con Mojammed Atta –considerado el cerebro del atentado.
Así era Bin Laden. Un saudí que se fue a las montañas de Afganistán para combatir la invasión soviética en los años ochenta y que se convirtió luego en el enemigo público número uno de los Estados Unidos.
Bin Laden siempre se manejo con habilidad para tener un discurso ambivalente respecto de casi todos los grandes atentados. Por un lado los elogiaba como si fueran parte de su red o como si de él hubieran salido las indicaciones. Por el otro, negaba cualquier relación y se contentaba con elogiar a aquellos que los realizaban. Esta “laxitud” llevó a que los organismos de inteligencia y los medios de comunicación rápidamente le atribuyeran casi todos los atentados a Al Qaeda, y también, que cualquier grupo pudiera formar parte de esta red inmaterial e inorgánica.
A falta de una estructura partidaria “tradicional” con una dirección política reconocida, cualquiera puede “ser” Al Qaeda, y cualquiera puede ser calificado de Al Qaeda.
El fenómeno de Al Qaeda es atípico, y va contra la tradición de los movimientos políticos que han utilizado la lucha armada y suelen reivindicar claramente una operación. Al Qaeda no desmiente nada porque es funcional que esté en todas partes. Esto provoca una psicosis colectiva, alimentada por los grandes medios, porque da la sensación de que Al Qaeda puede aparecer en cualquier lugar del planeta. El discurso ambivalente de Bin Laden llevó a que se convirtiera –o lo convirtieran– en una figura respetada y temida. En un artículo publicado en la revista Time, en junio de 2001, el periodista Tony Karo se preguntaba si Bin Laden era un mito o una realidad, ya que desea que se lo responsabilice por cualquier ataque que los medios de comunicación están preparados a endilgarle. Milton Bearden, quien formó parte de la CIA durante treinta años, y estuvo en Afganistán y Sudán, decía que ligar a Bin Laden a todo acto terrorista conocido en la última década es un insulto.
Pero para los norteamericanos, sin dudas, se había convertido en una obsesión.
Cuando Estados Unidos identificó a Bin Laden como el enemigo público número uno, bombardearon Afganistán y ofrecieron una recompensa de cinco millones de dólares por su captura. Al convertir a Bin Laden en su “obsesión” lo que lograron fue crear un héroe perseguido por la primera potencia mundial y admirado por miles de árabes y musulmanes.
Bin Laden comenzó su lucha contra los norteamericanos después de la invasión de Irak a Kuwait cuando Washington se lanzó a la guerra contra Saddam Hussein y convirtió a Arabia Saudita, cuna del Islam, en una base militar norteamericana. Luego desarrolló una ideología híbrida que incorporaba elementos del islam sunnita y actitudes sectarias contra los shiítas. Esto lo mezclaba con el nacionalismo árabe, el culto extremo al heroísmo, el autosacrificio y una retórica anti-globalización. Todo mezclado.
Pero el odio generalizado hacia Estados Unidos va mucho más allá de Bin Laden, y no es irracional ni religioso, es político. Estados Unidos, además de ocupar hoy Afganistán e Irak, ha financiado y sostenido en el mundo árabe a todas las monarquías corruptas y a casi todos los regímenes autoritarios, desde Egipto hasta Bahrein.
Por eso la eliminación física de Bin Laden no resuelve el problema de la conflictiva relación que existe entre la primera potencia mundial y el mundo árabe e islámico, ni concluye la ocupación de Irak y Afganistán. El odio generalizado hacia Estados Unidos no es irracional ni religioso, es político porque además de las sendas ocupaciones la Casa Blanca ha financiado y sostenido a todas las monarquías y casi todos los regímenes autoritarios del mundo árabe. Bin Laden quería destruir a Estados Unidos y no lo logró. No era el camino de las inmensa mayoría de los árabes tomaron y por eso no lo siguieron. Por el contrario, en 2011 decidieron salir a las calles para derrocar a sus gobernantes y eso -más allá de cualquier show mediático- a Washington lo preocupa mucho más. Porque en definitiva, el problema no es Bin Laden.
Publicado por Pedro Brieger